La morbilidad y la mortalidad por Sepsis Clínica sigue siendo sustancial, aproximadamente el 60% de los recién nacidos a término con esta infección requieren Cuidados Intensivos Neonatales para el soporte respiratorio o hemodinámico. La mortalidad es aproximadamente del 2% al 3% recién nacidos con 35 semanas o menos de gestación (Stoll, 2011).
Experiencia exitosa en Sepsis Temprana en la UCI Neonatal del HMUA
La Sepsis Neonatal es una de las principales causas de morbimortalidad en recién nacidos con una tasa del 19% e incidencia del 3,5 a 8,5 por cada 1.000 nacidos vivos en Latinoamérica (Romero 2010). Esta ocurre en las primeras 72 horas después del nacimiento y se adquiere, generalmente, debido al paso del bebé por el canal vaginal. No es una complicación frecuente, pero puede ser devastadora en esta población.
En la E.S.E Hospital Manuel Uribe Ángel crece la preocupación por el aumento y las consecuencias en el uso de antibióticos de amplio espectro en la población materno infantil y se propuso crear estrategias para identificar tempranamente la Sepsis Neonatal a través de la Observación Clínica Estricta del recién nacido durante el contacto piel a piel en el posparto inmediato, en el traslado a la sala de mediciones de signos vitales, en la alimentación cada 2 horas por 12 horas y en el posterior alojamiento conjunto con la madre cada 4 horas hasta el alta; antes de recurrir al tratamiento preventivo con antibióticos
Inicialmente, el proyecto se basó en la Guía Colombiana para el Manejo del Recién Nacido con Riesgo Séptico adoptado por el Ministerio de Salud en el 2013 y las sugeridas por el Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de los Estados Unidos.
A pesar de que con el uso de terapias preventivas con antibióticos periparto la incidencia de Sepsis Temprana ha disminuido, el identificar a aquellos recién nacidos que están en mayor riesgo de infección y comenzar con la terapia tempranamente continúa siendo un desafío para evitar terapias anticipadas que conllevan problemas como:
1. Hospitalizaciones prolongadas y frecuentes:
Las estrategias que incluyen la aplicación de antibióticos implican entre 48 y 72 horas en promedio de observación intrahospitalaria, al estar basadas en paraclínicos, no muy efectivos, pueden llevar a situaciones de incertidumbre donde es normal que el clínico se defina por tiempos más extensos de antibióticos y prórrogas en la estancia hospitalaria del menor con el objetivo de protegerlo.
2. Uso de paraclínicos de bajo rendimiento:
Los exámenes de laboratorio más comunes son el Hemograma y PCR, los cuales son dolorosos y difíciles y arrojan resultados poco concluyentes que no aportan al manejo terapéutico y pueden llevar a decisiones clínicas erróneas.
3. Alta exposición de antibióticos en la madre e hijo:
Se estima que el 7% de los recién nacidos prematuros tardíos y los a término reciben tratamiento con antibióticos en el período neonatal y el 45% en la etapa prenatal, trayendo como consecuencia la modificación de la microbiota (flora intestinal) de la madre y el recién nacido, ocasionando en este último, el aumento del riesgo de algunas enfermedades a corto y mediano plazo como Sibilancias, Asma, alergia a los alimentos, Enfermedad Inflamatoria Intestinal y Obesidad Infantil; y el uso de antibióticos de amplio espectro tiene el potencial de generar aumento en la resistencia bacteriana.
4. Las hospitalizaciones y el uso de antibióticos conducen a la separación de la madre y el recién nacido:
El personal a cargo de los recién nacidos, permanece en constante preocupación por aquellos que presentan factores de peligro identificados por un riesgo de infección y por temor a perder la oportunidad de intervenir antes de que los bebés se tornen críticamente enfermos o queden con secuelas graves debido a la infección, se separa a la madre y el bebé afectando procesos como el establecimiento del vínculo afectivo y la lactancia materna efectiva
5. Enfoque innovador:
Datos recientes indican que entre el 80% y el 100% de los bebés con Sepsis comprobada por cultivos, desarrollaron síntomas en las primeras 48 horas de edad, lo que sugiere que un monitoreo clínico cuidadoso durante la hospitalización posparto puede ser una alternativa segura a las estrategias de manejo descritas anteriormente.
Logros:
- Para el año 2021 solo 2 pacientes al mes ingresaron a la Unidad de Cuidados Intensivos con la única justificación de aplicación de antibióticos.
- Para el año 2019 ingresan al protocolo alrededor de 43 pacientes mensualmente, quienes son sometidos a vigilancia clínica estricta. De este grupo solamente a 8 recién nacidos se les comenzó terapia antibiótica y exámenes de laboratorio. El grupo restante, no fue sometido a ningún procedimiento invasivo o doloroso.
- Durante la implementación del proyecto ningún paciente de los sometidos al protocolo tuvo que ser intubado o sometido a Cuidado Intensivo debido a Sepsis Temprana o su sospecha.
- El 100% de los pacientes no ha reingresado por sospecha de Sepsis.
- El protocolo de Observación Clínica Estricta ha permitido detectar problemas tempranos como dificultades en la alimentación, problemas en el metabolismo de la glucosa o la termorregulación que podían haber pasado desapercibidos en el área usual de posparto.
- Se logra una reducción en el consumo de antibióticos de primera línea en la madre y el recién nacido del 48% en general (52% para la Ampicilina y 56% para la Gentamicina).
- A pesar de la separación temporal entre madre e hijo, se mantienen las condiciones para la lactancia y la estructuración del vínculo afectivo favoreciendo la visita continua en la sala de transición.
- No se han presentado eventos adversos ligados al protocolo durante el tiempo de implementación.
Una estrategia de Observación Clínica Estricta para la detección de Sepsis Temprana en nuestro medio es segura y de fácil implementación, es tecnología blanda y puede ser implementada en cualquier nivel de atención haciendo los ajustes que cada institución requiera para garantizar la seguridad de los recién nacidos.